Una Cuestión de Tiempo I

 
¿Te imaginas un mundo donde no exista el tiempo? 
 
Sería como una película parada en un fotograma eterno o un cómic aburrido de una sola viñeta. El tiempo crea el movimiento, marca los latidos de nuestro corazón, ordena los pensamientos, construye el presente y lo fulmina en pasado en cada momento.
A veces, parece dilatarse angustiosamente, y otras, se nos escapa sin que podamos retenerlo, pero…

¿Qué es el tiempo?

¿Acaso es una percepción humana? ¿Habita sólo en nuestra mente o es un fenómeno concreto ajeno a nosotros mismos? La comunidad científica no se pone de acuerdo para dar una única respuesta y es que comprender la verdadera naturaleza del tiempo ha sido uno de los grandes debates filosóficos desde hace miles de años, no en vano, nos encontramos ante uno de los mayores misterios del universo.
Pero, hay algo que no podemos confundir con el tiempo y es su medida. Un reloj marca su duración, el inexorable avance de sus manecillas nos indica el paso de segundos, minutos, horas… pero, eso no es el tiempo, es tan sólo nuestra forma de contar algo que no sabemos qué es.
El tiempo fluye como un río, en un devenir continuo de pequeños instantes, pero…
¿Qué es un instante?
¿Podría ser infinitamente pequeño?
¿Existe un límite mínimo para separar los latidos del tiempo?
Parece ser que sí, se denomina tiempo de Planck y es lo tarda la luz en recorrer el menor espacio que se puede medir en el universo, es decir, la longitud de Planck, un espacio tan pequeño, que por debajo de él, deja de existir la geometría clásica.
Un fotón lo recorre en 10-43 segundos, para que tengamos una idea, en cada segundo hay decenas de trillones de cuatrillones de tiempos de Planck, un intervalo tan, tan diminuto, que hasta hoy en día no ha sido posible medirlo, pues el record del menor tiempo capturado por los científicos se encuentra en 12 attosegundos, es decir, tan sólo doce veces la trillonésima parte de un segundo (12 x 10−18)

¿Crees que una porción de tiempo tan ridículamente pequeña está vacía de contenido? ¿Qué su ínfima duración le incapacita para albergar sucesos trascendentes?
Te equivocas, pues dentro del primer “tiempo de Planck” que existió, se encuentra escondido, nada más y nada menos, que el secreto del origen del universo. En ese primer instante, el espacio y el tiempo estaban comprimidos en una mota infinitamente pequeña de energía y una única fuerza lo gobernaba todo, en un estado absoluto de perfección. Y fue, en ese primer instante, que esta mota de energía estalló desplegando el universo, en lo que se conoce como el Big Bang.
Pero, ¿qué sucede exactamente por debajo de esa barrera que es el tiempo de Planck? 
Al parecer, nos encontramos ante un abismo inquietante, ante un fallo en el sistema en “Matrix”, porque a ese nivel, puede que el tiempo deje de existir, entonces ¿tropezaríamos con el fotograma “parado” de la película de la realidad? ¿Podría el tiempo avanzar en pequeños “saltitos” cinematográficos? NO SE SABE

Pero, si nos hemos preguntado por la duración mínima del tiempo ¿Qué hay de su duración máxima? O en otras palabras… ¿existe la eternidad?

Cuando nos planteamos esta idea, automáticamente la asociamos con la inmortalidad y sentimos el vértigo de aquello que nunca tendrá fin. Pero, desde el punto de vista científico la respuesta está relacionada con el origen y el destino del universo, pues el tiempo está íntimamente ligado a él.

Existen varias teorías, por ejemplo, para el físico Stephen Hawking el espacio y el tiempo están imbricados entre sí y el inicio del tiempo es similar al borde del mundo. Cuando en la antigüedad se creía que la Tierra era plana se podía pensar que el mar se derramaba por los bordes, pero cuando se averiguó que el mundo tenía una superficie curva se dieron cuenta que era imposible que esto pudiera suceder. El inicio del universo podría ser similar al Polo Sur de la Tierra, los grados de latitud del planeta realizarían el papel del tiempo. A medida que nos desplazamos hasta el norte, los círculos de latitud que, representarían el tamaño del universo, se expandirían. Preguntarse qué ocurrió antes del origen del universo sería como preguntarse qué hay al sur del Polo Sur. Un universo así no necesita ser creado, pues no tendría un principio, simplemente sería.
Para el químico Ilya Progogine, el tiempo no nació con nuestro universo sino que precede a la existencia y hará que surjan nuevos universos. El nacimiento de nuestro tiempo no es el nacimiento de «El Tiempo» porque en el vacío fluctuante preexistía en estado potencial. Este tiempo está “siempre ahí” en estado latente y sólo necesita de un fenómeno de fluctuación para actualizarse.
Para los defensores de la teoría de los Multiversos, la realidad es un lugar donde los universos aparecen y desaparecen eternamente, pero esa eternidad sólo podría contemplarse desde fuera de estos universos, porque en el interior de cada uno de ellos el tiempo tendría un final, pues cada uno de ellos está destinado a desaparecer más tarde o más temprano.
Otra teoría sobre el tiempo bastante curiosa es la denominada “Tiempo Holográfico” del físico Andy Strominger. Para él, nuestro universo es la imagen proyectada hacia atrás en el tiempo de un holograma que está situado en un futuro infinito. El holograma contiene todo lo que ha sido el universo y todo lo que siempre será. Si nos encontramos muy cerca de él, tendremos mucha información, pero si nos alejamos en el tiempo, distinguiremos cada vez menos detalles, habrá menos información presente, por eso, en el universo de hace miles de millones de años no existían más que nubes de gas. En un universo holográfico emergente, no hay un Big Bang, en su lugar existe una explosión continua que surgió de la Nada. En el tiempo holográfico cuanto más vayamos hacia el futuro, el incremento del tiempo nos moverá cada vez menos hacia adelante y necesitaríamos una cantidad infinita de tiempo para alcanzar el holograma.
La eternidad puede referirse al tiempo infinito, pero también a aquello que carece de él, pero…
¿Cómo puede ser que no exista el Tiempo?
(Sígueme a la segunda parte)
Referencias: 
– El nacimiento del tiempo. Llya Prigogine
– El Gran Diseño. Stephen Hawking
– Documental: “Secretos del Universo: ¿Puede la Eternidad terminar?”

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