¿Te has preguntado alguna vez qué es la Nada?
Imagina que tuvieras unos brazos gigantescos para poder arrancar el cielo, la tierra, el mar, los seres vivos, nuestro planeta, todos planetas, las estrellas, nuestra galaxia, todas las galaxias… para después, dejarlo caer todo a través de un agujero hacia ninguna parte, y hecho esto, desaparecer tú con el propio agujero, y así no existir absolutamente nada, ni siquiera una conciencia que pudiera dar fe de lo acontecido. O mejor aún, imagínate que jamás ha existido algo, ni siquiera el silencio o la oscuridad o la ausencia de algo… pensar en la posibilidad de la “existencia” de la “no existencia” de Nada, es un absurdo. Sin embargo, estamos aquí, así que, o existe la Nada y nosotros a la vez, o existió la Nada y ya no porque existimos nosotros, o nunca existió la Nada.
Un misterio, sí
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Los filósofos de la antigua Grecia nunca creyeron en su existencia, no la consideraban como el «no-ser«, simplemente para ellos era algo impensable como realidad. Parménides decía “De la Nada nada proviene” pero ..
¿Es esto cierto? ¿Surgió nuestro universo de la Nada?
Eso supondría aceptar que antes hubo un momento donde no existía y después sí, es decir como si hubiera sido…
¿Creado? Pero, ¿creado por quien si no existía nada?
Y peor aún, cuando surgió el universo, según la teoría del Big Bang, también lo hizo el tiempo, por lo cual
¿Cómo situar un antes y un después del universo?
Además, el universo se está expandiendo… pero, si el universo surgió de la Nada significa que no existe nada más que el universo, entonces …
¿Sobre qué se expande?
Todas estas preguntas pertenecen al mundo de la metafísica y, desde los tiempos más remotos de la humanidad hasta nuestros días, nadie ha podido dar una respuesta clara al misterio de la Nada, sin embargo, mucho se ha especulado e investigado sobre el tema.
Un poco de humor para llenar el vacío
Pero, dejemos de ver la Nada como un ente monstruoso e inexplicable y centrémonos en el concepto del vacío como ese lugar pequeño y misterioso que separa las cosas impidiendo que estén pegadas una a otras, que hace posible las formas y los límites de todo cuanto existe.
En el siglo XIX se pensaba que el espacio vacío estaba lleno por una sustancia denominada éter, como vimos en la entrada “Malditas Interferencias”, por eso las ondas podían desplazarse por el espacio. Pero, la Relatividad sustituyó el éter por el espacio vacío. Sin embargo, con la teoría del campo cuántico, la idea del vacío vuelve a cambiar. Fue el matemático Paul Dirac, artífice de esta teoría quien dijo que la nada no existía, incluso extrayendo toda la materia y energía del universo se descubriría que ese vacío está lleno de energía subatómica.

En la física clásica, un campo es la zona de influencia de una fuerza como la gravedad o el electromagnetismo, pero en la mecánica cuántica los campos se forman mediante intercambio de energía. Todas las partículas elementales interactúan entre sí intercambiando energía a través de partículas “virtuales” llamadas así porque surgen de la Nada, se combinan entre ellas y se aniquilan inmediatamente produciendo fluctuaciones de energía. Pues bien, la energía de estos campos no es cero, aunque es muy pequeña, si se sumaran todos los intercambios de energía de todas las partículas del universo estaríamos ante una fuente de energía de proporciones incalculables. Superaría toda la energía de la materia por
Richard Feynman dijo que la energía contenida en un metro cúbico de espacio podría hacer hervir todos los océanos del mundo. A esta energía se la conoce como Energía del Punto Cero.
Así pues, el vacío está… muy lleno
Si retornamos a la afirmación de Parménides sobre que de la Nada nada proviene parece ser que la física cuántica no está de acuerdo, pues se habla de la posibilidad de que el universo sea una fluctuación de la Nada. Como hemos visto, una fluctuación cuántica consiste en que puede surgir de forma espontánea una partícula y su antipartícula aniquilándose de inmediato, y así, aunque de la Nada no puede surgir materia, si podría hacerlo materia más antimateria porque el resultado sería cero.
En el universo existen dos tipos de energía: la gravitatoria que es negativa y la materia-energía que es positiva. Esta última, a su vez, está formada por la materia-energía ordinaria que es la cotidiana y representa un 5%, la materia oscura que es un 25% y la energía del vacío que supone el 70%. Pues bien, la energía gravitatoria se corresponde con la suma de las tres, por lo que la energía total del universo es nada.

En 1974 el físico Edward Tryon propuso que nada se consumió en la aparición del universo ya que su energía total es nula, como se pudo comprobar experimentalmente en el año 2003. Esto sería compatible con el Primer Principio de la Termodinámica de conservación de la masa-energía. Como la energía gravitatoria es negativa, se compensa la energía contenida en la materia-energía. Otros científicos han seguido una línea de pensamiento como el nobel Illya Prigogine.
Al parecer no es necesario ser Dios para crear el universo, ni tampoco poseer una potencia infinita. Podría ser causa del azar o incluso una civilización que dominara el conocimiento completo de las leyes de la física podría llevar a cabo esta tarea. Lo que pasa es que nuestro universo es demasiado singular, demasiado ajustado hacia la generación de vida como para ser una simple cuestión de azar, pero ese es otro tema…
Referencias:
- El espíritu de la ciencia. David Lorimer
- El experimento de la intención. Lynne McTaggart
- La estructura de Dios. Josep-Alfonso Canicio Chimeno
- Redes: ¿De qué hablamos cuando hablamos de la nada?